Con este viejo dicho gallero, que podría ser escrito de diversas formas, pero que tendría la misma esencia principal, muchas veces confirmado por los riñeros de este inmenso país. Comienza nuestro tema, aunque de vez en cuando polémico, pero interesante. Los entendidos y los que saben de genética y de razas combatientes, dicen que los gallos tienen que tener origen, y nosotros opinamos que esto es correcto.
Y ahí abrimos un espacio para los pequeños criadores, aquellos que no tienen condiciones financieras de enfrentar grandes torneos y adversarios, pero que tienen animales de gran procedencia, muchas veces saben elegir para reproductor a un buen gallo o adquieren grandes padrillos de criadores mayores, o en ocasiones aciertan la cruza, donde llegan animales de gran valor combativo.
Muchas veces presenciamos grandes galleros adquiriendo gallos extraordinarios de estos pequeños criadores, solo que, en gran parte, pasan a considerarse como gallos provenientes de la creación de estos galleros CUANDO GANAN GRANDES PELEAS.
Y cuando pierden, usan el término “se adquirió de un probador”, olvidándose que los de su propia creación pierden también, pues son gajes del oficio. Pienso que es correcto y necesario comprar a los gallos que sobresalen de los pequeños criadores, y creo que no informar acerca de la procedencia de los gallos, es deshonesto e incorrecto, y el nombre del criador debería ser divulgado, porque de esta manera el deporte sería más digno y transparente, ayudando así al pequeño criador a dar seguimiento en sus directrices. Queridos amigos, en el criadero pequeño es donde el deporte se agranda y ennoblece, pues muchas tienen cualidades superiores a la de los grandes planteles, donde la selección es muy difícil de controlar, ya que el número de animales es grande. El pequeño criador busca sobre todo la calidad, porque sabe que sin ella sería imposible competir con los más grandes. Como dice el dicho: ”el gallo bueno no elige cuna”